viernes, 6 de noviembre de 2009

Curriculum vitae

Mi tarjeta de presentación es la lucha
mi título: El sacrificio que goteamos en cada canto.

No procuro un cartón que dibuje fielmente
y en letras de sacrilegio
un puñado de avaricias desgreñando mi nombre
ni tampoco espero un retablo
en la pared de la hipocresía
donde una simple y forzada sonrisa pinte
mi humillante rostro.

Lo que quiero es anunciar mi fatiga
que por la vida espera sacar a flote
la aguerrida bandera que encierra a la esperanza
y si no puedo librar mi indignación de la serpiente
trenzaré valores y anidaré tempestades
para que en ellas muera.


Lo que he perdido

He perdido todo lo que ya no tengo
todo aquello que un día me negué,
ese minuto que incendié,
la tarde que sacrifiqué,
el recuerdo, relámpago en mi oscuridad, que anestesié.

Las lluvias que juntos replegamos
y que hoy incineré,
todo aquel manantial de palabras y sonrisas
que hoy soborno y encarcelo tras mi muerte.

He perdido aún más de lo que he podido
ganarle a mi suerte.


En la noche

Voy a decomisarte el silencio
para que desatés manos de palabras
que den pasión y sentimiento
al aguerrido corazón.

*
Ojalá que te volvás sonrisa en el enojo,
amor en la soledad
y caricia en mi bolsillo.

Después del eclipse

Después del eclipse
desmitificamos la agresiva atracción, ésa que de porcelana se viste
y una pizca de brillo
escurriendo deseo ardiente de ilusiones.

Es para entonces que te amo,
no ciegues tu sonrisa
ni apagues tu canto,
agrégale luz a tu motor
y aunemos nuestros corazones
en un solo estallido,

Detonémoslo así
pausado pero seguro
subamos al vía crucis del amor
y besémonos eternamente
¿Sí?

Explosiones


¿Por qué?

¿Por qué te fuiste sin despedirte de mí ni de tu mochila?
¿Por qué dejaste olvidada tu sombra en la esquina del abismo?
¿Es que acaso ya no despeinarás al viento para abrigarme un te quiero bajo mi almohada de hojas secas?

¿Por qué te fuiste sin mirarme?
sin contestar mis besos
sin abrazar mi vientre
sin dejarle ni un suspiro al día
a la hora que los segundos
te rafaguearon la vida

¿Por qué?


Este invierno


Por el invierno en que nos hechizamos

Este invierno te dejó perdido
los caminos no te traen ni un aliento
en las tormentas tu rostro
ya no se moja, se desprende.

Los rayos no erizan tu piel
se desvisten de esqueléticos recuerdos
y perfilan un esquirlante olvido.

Este invierno se olvidó de vos,
te dejó perdido entre los muertos,
la brisa de la huracanada lluvia
no trepará tu faz tan bella
y en tu mente, hambrientos deseos de ver el cielo
tendrán que respirar tierras sin tempestad.

Este invierno no te quiso traer
dejó perdido entre mis recuerdos
sobre el escritorio donde mi angustia
se arrimará a leer un poco de tu cadáver
y escribir en él
el llanto que mí ser cobija.

Este invierno te dejó perdido
entre mi amar la vida
en donde embutí los deseos de escribir
por dónde pasa la correntada de días
que inventarán una cucharadita
llena de poesías y pólvora.

¡Este invierno cosechará mi muerte!


Deudas

Vos le debés mucho a la vida
para irte así por que sí,
tenés una maleta llena de deudas.

Le debes la infancia que te encarcelaron
la que encasquillaste a un paraje del invierno,
también el mar que se negó a arrullar tu niñez.

Le debes los hijos que vertiste en mi vientre
y que nunca pudieron germinar
aquel cheje que pintaba el cielo de acuarelas.

Toda una ráfaga de besos que no sembraste,
las cucharadas de verano que regalaste,
el ardiente paseo que nos estrellamos.

Debés muchísimo más de lo que tenés
bajo esa camuflajeada sepultura.

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